Estoy en Dallas, la mañana está fría. Después de pasar un tiempo a solas con Dios, salgo a caminar. El viento helado me golpea el rostro, pero continúo. No me sale de la cabeza la campaña publicitaria que La escritora Ariane Sherine y el biólogo Richard Dawkins están promoviendo en los ómnibus de la capital inglesa. A este último lo menciono en mi libro Señales de esperanza, como uno de los escritores que descubrió que es moda agredir a Dios.
La frase colocada en los ómnibus dice: “Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte ahora y goza de la vida.”
Los autores de la campaña alegan que es una reacción contra los cristianos que aprovechándose de la crisis económica acusan a los no creyentes de ser los culpables por los juicios de Dios sobre la tierra.
Hay dos aspectos que me impresionan de esta noticia. El primero es la actitud ofensiva e irreverente del hombre moderno contra Dios. Evidentemente es una señal de los tiempos que vivimos.
La segunda es la actitud de algunos cristianos que proyectan una imagen destorcida de Dios. En
La crisis por la que el mundo atraviesa es el resultado natural de la codicia, del desvarío humano y de su alejamiento de Dios. Y el evangelio tiene como propósito llamar al hombre al retorno a Jesús. Existe crisis sí, crisis existencial, crisis del alma, una búsqueda incansable de paz interior que solo Jesús puede ofrecer porque solo Él dijo: “Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados que yo os haré descansar.” Hoy es el día. Este es el momento. Solo en Jesús existe plenitud de vida.
Postagens
Nenhum comentário:
Postar um comentário